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Arquitectos: Juan Felipe Uride de Bedout
- Área: 92600 m²
- Año: 2011
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Fotografías:Juan Ricardo Ramírez P.
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Proveedores: Alco, Domoacril, Holcim, Indural
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El reto de este proyecto era diseñar un parque de 130 hectáreas (en medio de una reserva forestal de 1760 hectáreas declarado patrimonio cultural de la nación) que sirviera de modelo recreativo, ambiental y cultural sin afectar el bosque; que respetara e integrara el valor cultural dado por la preexistencia de yacimientos arqueológicos que incluyera y exaltara el valor de la tradición de los silleteros de la región, patrimonio cultural de la nación.
Se optó por una estrategia de diseño que descartara una prefiguración física rigurosa que dificultara la intervención de los diferentes especialistas durante el proceso de diseño, de construcción e implementación. Se creó un sistema de fichas de juego que entendiera el territorio como un gran tablero y que permitiera ejecutar una serie de movimientos estratégicos a medida que las variables fueran apareciendo.
Las tres fichas o piezas principales fueron: La Silleta para conectar el tema de las flores (21 propuestas, 7 construidas), El Ciempiés para darle sensibilidad al tema ambiental (5 propuestas, 1 construida) y La Guaca para vincular los hallazgos arqueológicos y la cultura (propuestas, 1 construida).
El Ciempiés: esta pieza está conformada por el encadenamiento de ocho módulos, cada uno con cuatro “patas” sobre el terreno, permite el acomodamiento geométrico a las curvas de nivel del terreno. Estas ‘curvas de nivel habitadas se implantan a media ladera permitiendo a un costado la configuración de un semipatio y hacia el opuesto un mega deck mirador con visuales lejanas de gran valor paisajístico. El edificio cubre 2810 m2 apoyado en 32 pies que sólo hacen contacto en 16 m2 con un Índice de Contacto = 0.0056. De modo que se alza sin interrumpir el desarrollo natural de la fauna y flora del sitio.
La Silleta: dispone su cubierta para el cultivo de flores para dar continuidad a la tradición del sector, elemento del paisaje regional, con un enfoque más contemporáneo basado en la concepción de píxeles que facilita el acercamiento de generaciones jóvenes de campesinos, silleteros tradicionales y artistas de todo el mundo.
Estas "estructuras trípodes" son las responsables de resguardar diferentes programas de servicios básicos. El contenedor permanece siempre igual y sólo la arquitectura interior presenta variaciones según el uso. Apreciadas desde ángulos inferiores las estructuras adquieren un aspecto de cometas prestas a iniciar un despegue. Esta aparente ligereza les confiere una lectura de temporalidad o de movilidad propia de una silleta tradicional.
La Guaca: se basa conceptualmente en la tradición del entierro o guaca, práctica afianzada en quienes fueron los aborígenes nativos de este territorio de Arví, un aspecto de la cultura que está cargado de misterio y fantasía. Estas piezas subterráneas se ubican en las cimas más pronunciadas dando continuidad a la tradición indígena de utilizar los cerros tutelares como observatorios y referencias cosmogónicas. Al estar bajo tierra, este recinto de formato monumental deja de impactar negativamente el contexto natural y actúa como superficie permeable, noción ecológica fundamental.
Alberga los programas de carga cultural y artística y espacios de exhibición para los hallazgos del lugar. En el exterior opera como plataforma para actividades astronómicas. Al interior una serie de lucernarios garantizan un rico juego de efectos de claro oscuro que hacen que la percepción del espacio interior esté en permanente cambio.